Particularmente, nos referimos a los productos perecederos y a la necesidad de mantenerlos a una temperatura óptima para su consumo posterior. Para ello, existen numerosas opciones, que van desde las cámaras frigoríficas hasta los congeladores expositores o las máquinas de helado, especialmente útiles durante los meses de verano. En este contexto, se trata de una inversión que representa un ahorro a largo plazo, pero también de un costo razonable y apropiado para el producto.